Muchas veces un acto, uno, ya sea grande o pequeño, acaba prendiendo una mecha inapagable.
Gamonal es más que la oposición de su comunidad vecinal a un bulevar. Es el paro, los recortes, la corrupción, el enriquecimiento de una minoría, o el abandono de quienes cada vez tienes menos. Es la desesperación.
El proyecto urbanístimo del ayuntamiento de Burgos ha acabado siendo esa chispa adecuada que prende para explotar y quiere acabar de una vez con la inmundicia a la que cada día se nos somete bajo el amparo de una mal llamada democracia.
Gamonal Resiste, y seguirá en la lucha. La esperanza reside en que este gran acto acabe resultando en el recuerdo y conciencienciación de que el pueblo sí tiene el poder, y puede dar la vuelta a la situación.
Cambiemos el miedo de bando.