lunes, 30 de diciembre de 2013

Microvisiones

Alrededor de una mesa señorial de madera maciza, quienes dirigían el mundo se arremolinaban divertidamente.

Desde fuera se podían oír palabras sueltas: "no ahí noooo", "que sí que aguanta", "sigue, sigue, no hagas ni caso", "se levanta, se levanta, ya veréis"...

Abstraídamente, quienes que pretenden manejar nuestros hilos lo hacían literalmente con la reproducción en miniatura de un ser humano que habían colocado en mitad de la mesa. Al igual que se ocurre con "Tozudo", el famoso juego de mesa, intentaban cargar a la figura con recortes, desempleo, o regresiones de derechos. No era más que un juego de niños, un experimento de Cefa para ver cuánto podía aguantar la presión la ciudadanía antes de levantarse. Un invento maquiavélico que les clarificaba sobre cómo poder seguir engordando y enriqueciéndose en su picnic de buitres. 

Desde fuera podían seguir escuchándose los graznidos.