domingo, 22 de septiembre de 2013

Miedos sin Sueños

¿Miedosa de nacimiento o son las circunstancias, las vivencias, como decía Gasset, quienes fueron inculcando temores, recelos que paralizan, bloquean y sobre todo impiden?

¿Precavida o miedosa?
¿Valiente o temeraria?

Quizá la predisposición genética haga que aquello que pasa, que dicen o hacen a alguien, acreciente el miedo; o lo cree. Pero este, sea como sea, se instala y ni reprogramando, parece desaparecer.Una ruptura, un engaño, y comienza ese andar de puntillas y con pies de plomo en cualquier nueva relación. 

Advertencias. Esas a las que padres y madres, sobre todo madres, son tan dadas: "cuidado con el coche, a ver si te va a pasar algo". "Ojo con la bici que los coches van como locos", "cuidado con los chicos que lo que quieren es aprovecharse". "No vengas sola de noche a ver si te pasa algo". "Dame un toque al llegar para saber que estás bien ¿eh?"

Miedo, miedo miedo... procedente de preocupaciones. Son madres, son padres, piensas... ya.. pero el miedo lo han metido igual, y puede que al final, llegado un momento se acomode y acabe conviertiéndose en creencia, impidiendo actuar e introduciendo la sensación de necesitar de un "hombre" para que "proteja". (pensamiento machista aún persistente consciente o no, en las mentes de esta socieddad androcentrista).

Porque ese miedo, ese exceso de preocupación y control, ¿es elmismo en el caso de hijos que de hijas?

El miedo no dejó espacio a sus sueños, que se fueron borrando silenciosamente para aculmular pavores y agujeros negros de lo que podía haber sido y no fue, de desmemorias.