domingo, 16 de octubre de 2011

De Sol a Sol

El día después del #15O, del llamamiento a una movilización global en contra de los recortes sociales que se están llevando a cabo, la única sensación posible es la de que no se está fraguando algo, sino que ya está aquí. 

Lo quieran o no, como ocurre con las portadas de periódicos como el abc o la razón, donde obvian la magnitud de la convocatoria de ayer o se centran en resaltar los actos violentos puntuales ocurridos en una de las 951 ciudades esparcidas por 82 países, millones de ciudadanos nos manifestamos ayer contra un sistema que no funciona y que gobierna contra nosotros.

Como decía Sabina, sobran los motivos para salir a la calle, para expresar un descontento ciudadano y redescubrir de nuevo eso de que el pueblo unido jamás será vencido.

Los recortes en educación pública.
El rescate a la banca y el posible segundo rescate.
Las reformas laborales favorecedoras a los empresarios.
Unos empresarios que no contratan o condenan a un contrato indefinidamente temporal.
Cinco millones de parados, muchos de ellos sin acceso a prestación.
Los recortes en sanidad.
El gobierno del mercado.
Una democracia poco participativa que no tiene en cuenta al pueblo.
El debate del copago sanitario, jurídico e incluso educativo.
El culpar a la ciudadanía de no emprender sin comprender que no tiene dinero para ello.
El aumento de ventas de los coches de lujo.
El alto precio de los alquileres y la compra de vivienda.
...
El pago en definitiva de una crisis que no es pública, sino privada, consecuencia de la avaricia, malversación y especulación.

Se sale a la calle sin miedo, sabedores de nuestra legitimidad y de que hay mucho por ganar y nada que perder, como se ha visto ayer en Sol y en el resto de ciudades de España y el mundo. 

El movimiento indignado es un sol naciente que no se pone y recorre el mundo, como se corea en las movilizaciones,  de norte a sur, de este a este, para que la lucha siga cueste lo que cueste.