Hace un tiempo leí un artículo en El País sobre la "profesionalidad" del despido, y la contratación de empresas para ello. Es decir, "Up in the Air", no centra su trama en un supuestamente exitoso solitario, con un empleo tan extraño como creíamos.

En empatía, asertividad, inteligencia emocional... puede que sí. Pero... al final de tu trabajo te echan igual. Probablemente el problema del surgimiento de esta clase de puestos de trabajo no sea otra que la dificultad que tenemos de enfrentarnos a situaciones complicadas y comprometidas, y la tendencia actual a ignorarlas, creyendo estúpidamente que se solucionarán solas; o a pasárselas a otras personas y quitarnos la "patata caliente" de las manos.
¿Por qué ese miedo a enfrentarnos a las dificultades? ¿por qué ese miedo a fracasar? ¿dónde quedó esa idea de que de un error podemos aprender? enterrado... por una sociedad que sólo tolera el éxito, la rapidez y la falta de sentimientos Una sociedad de las nuevas tecnologías que ha preferido la comunicación a través de diferentes vías tecnológicas que cara a cara.
Si en "Up in the Air" se planteaban una reducción de costes y un mayor beneficio por tanto de la empresa instaurando el despido por video conferencia, y evitando así un cara a cara a la hora de anunciar algo tan complicado como que la empresa en la que trabajas prescinde de ti; las acciones que estamos realizando nosotros en nuestro día a día para afrontar circunstancias adversan no es tan diferente: redes sociales, teléfono, mensajes de textos o email sirven de soporte para dar malas noticias.
Hemos llegado a tal punto que la famosa frase de "tenemos que hablar", la que te informaba de que su emisor iba a acabar con la relación de pareja que tenías... puede llegarte cobardemente a través de un mensaje de texto, y encima, sin poner las letras para ahorrar caracteres.
La deshumanización de las relaciones sociales llega a su punto más álgido. ¡Sálvese quien pueda! y que lo publique en su muro del facebook.