sábado, 17 de octubre de 2009

17-O

Y nos vamos de manifa… todos juntitos, cantando al unísono con una guitarra alguna melodía parecida a esa de “amo a Laura”, con las pancartas dobladas, los sloganes facilones aprendidos, las banderas de España y la seguridad de que nosotros tenemos, y siempre será así, la razón.
Autobuses de toda España promovidos por diferentes organizaciones católicas y fervientes seguidores de la conferencia episcopal se dirigen hoy día 17 de este mes a Madrid para manifestarse contra el gobierno y su anteproyecto de ley del aborto.
Por el derecho a la vida, a la familia, a la mujer… porque los partidos políticos que apoyen esa ley, así como aquellos que les hayan votado no son más que unos monstruos que no creen en la vida ni en los derechos; y curiosamente,  lo proclaman los mismos que profesan que los homosexuales y transexuales son unos enfermos, que entre ellos no podrá existir nunca el matrimonio, y por tanto, según sus preceptos, tampoco el amor; y los que predican una pobreza material, pero para los demás.
En un país supuestamente aconfesional, ¿es lícita esta manifestación? La jerarquía eclesiástica debería haberse dado cuenta hace tiempo de que no puede exigir al gobierno unas leyes acordes con su ideología, ni intentar dirigir una educación que ya de por sí tiene demasiados problemas. 
Por el contrario, el gobierno debería haberse dado cuenta también hace mucho tiempo de que España es ACONFESIONAL y que un favoritismo hacia la iglesia católica es simplemente injusto.
¿Qué miedo hay a retirar un apoyo económico y social a la Iglesia? ¿Tenemos que hablar una vez más del poder? ¿del dinero? 
De nuevo aquellos que más capital tienen suelen ser afines a una determinada ideología política y religiosa, como se acaba de demostrar de una curiosa manera en el caso Gürtel y la visita del Papa a Valencia.
Pero basta ya de dar este tipo de apoyos, de intentar quedar bien con el catolicismo. España, vuelvo a repetir, es un país aconfesional, y así lo pone su Constitución, y lo que debería que hacer su gobierno, cualesquiera que sean sus ideologías, es luchar por el bien de los ciudadanos, independientemente de su raza, religión o sexo.
¿Es realmente útil una manifestación en contra del aborto?
Se puede estar a favor o en contra; y así mismo se puede escoger una u otra opción dado el caso; pero es mejor poder tomar la decisión. ¿Si el gobierno prohibiera el aborto éste desaparecería? ¿U ocurriría como pasaba tanto unos años atrás en este país? Las niñas ricas podrían ir a otros países a abortar, mientras las pobres morirían desangradas en condiciones insalubres.
Podremos estar más o menos en contra del aborto, pero no puede ser el dinero el que decida.