sábado, 19 de mayo de 2007

SOSPECHOSA… hasta que se demuestre lo contrario

Lo prometo, sólo he traído una maleta y he llenado tres cuartas partes. Había que llevar poco equipaje porque mi hermano ya estaba cargado. 4 maletas en total + 1 mochila + mi bolso. Total: imposible llegar a la empresa de alquiler de coches andando. Media hora se convierte, como nos dimos cuenta a los 10 minutos de intentar avanzar, en un infierno. No es que no sintiera las piernas, es que tampoco me respondían los brazos ni la espalda.
Charlie… sólo existe una solución si no quieres gastarte todos tus ahorros en un taxi: Uno va a recoger el coche –por supuesto mi hermano, que es el que conducirá hasta Los Ángeles-; y el otro esperará con todas las maletas en una plaza (o sea sé, servidora) bajo previo aviso del hermano menor –que será por el afán protector del sexo masculino, pero siempre acaba tratándome como a una niña pequeña) de vigilar todo, no vaya a ser que nos roben…
No sé si había comentado que en San Francisco nos hemos alojado en el barrio latino, supuestamente una zona no demasiado recomendable, pero que me ha permitido no tener que usar mi pobre inglés más que cuatro veces.
Así que ahí estaba yo con todas las maletas en una esquina de la plaza llena de chicanos y negros. ¿Miedo? ¿Quién dijo miedo? Nadie cuando te das cuenta de que al final toda la gente que pasa te saluda y hace algún que otro comentario sobre la cantidad de equipaje que tienes, y te pregunta si te puede ayudar en algo.
De todos los personajes pintorescos que se me acercaron –por cierto ninguno era blanco, o caucásico como dicen aquí-, el que más me llamó la atención fue un negro en bici que quería que le llevara a España y que tenía ¡toda la boca de oro! Y digo yo, ¿esa gente cómo se lava los dientes? (por cierto Gema, y eso es tooooodo lo que voy a ligar en este viaje).
Todo iba bien, o más o menos bien, porque me estaba acordando de todos los muertos de mi hermano por tardar tanto, hasta que apareció un policía y me preguntó qué hacía allí, y si me iba a quedar más tiempo, que tenía que moverme…
Acojona, sobre todo cuando ves que al momento aparecen otros dos policías en bici, en pantalones cortos, y los ves ridículos pero no te puedes reír, no vaya a ser que crean que eres una terrorista que va a hacer explotar las maletas o algo similar.
Por suerte en ese momento llegó mi hermano, respiré aliviada y corriendo les dije que ya me iba…

5 comentarios:

  1. Jooo, qué gracia! Te veían cara de terrorista..¿No rellenarías la casilla afirmativa en la pregunta de atentar contra Bush?
    La verdad es que en principio sí que tenía que dar un poco de miedo, especialmente porque es mucho equipaje, se ve que eres turista y eres un blanco fácil.
    Tengo que hacer reportaje del Presummer en nuestro blog. Fue genial!

    ResponderEliminar
  2. Te echamos de menos en Triollo!

    ResponderEliminar
  3. hummmm no veais la envidia que me dais con lo del presummer, no tenías cobertura -ahora entendéis a Bea jaja-. Bueno, ya me contaréis con todo lujo de detalles en el popibote

    ResponderEliminar
  4. Síii, tía, ha sido uno de los grandes días de mi vida, me daban ganas de llorar cuando volvíamos. Un besote(y no tienes derecho a envidia estando donde estás, ;P)

    ResponderEliminar
  5. jo, y a mi no me echabais de menos....

    ResponderEliminar