El pasado viernes 27 de enero, el Consejo de Ministros aprobó un Real
Decreto Ley que impone una moratoria al desarrollo de las energías
renovables. Además, semanas antes el actual gobierno del PP decidió alargar la vida de la central nuclear de Garoña e impulsar el Almacén de residuos nucleares en Villar de Cañas, Cuenca.
En materia medioambiental parece que España ha montado en el delorean y retrocedido varios años, me temo que no para coger un almanaque y mejorar errores, sino para quedarse y renovar las medidas que allí se encuentren.
Tantas veces se han oído voces sobre la limpieza de la energía nuclear y sobre lo improbable de que haya fugas o errores humanos; que quienes se oponen a ella y claman por la seguridad del planeta y de todos sus habitantes, pasan por ser unos locos hippies que no entienden nada.
Tras las noticias de Fukushima el debate de la energía nuclear tiene que volver con fuerza. Es una pena que la situación social y económica actual lo releguen a un segundo plano, porque finalmente es una consecuencia más de un capitalismo que gobierna a pesar de nosotros.