Que en Palencia la oferta cultural brilla por su ausencia, no es ninguna novedad. Sin lugar a dudas podemos decir que ésta es una ciudad tranquila, apacible, agradable... el lugar que muchos tacharían de ideal para criar a los hijos. Sin embargo, adolece de entretenimiento de calidad.
Muchas veces los políticos, como ha ocurrido esta semana en el ayuntamiento, se quejan de que la única diversión que parece tener la juventud es salir de fiesta y beber: el odiado botellón, pero, ¿qué alternativas se ofrecen? ¿El cine, por el que no debemos olvidar que hay que pagar una entrada de 6 o 7 euros?, y ya, para de contar.
Es el momento en el que se acercan las fiestas patronales cuando nace una especie de esperanza. Igual... ya que son ferias... puede que... resulte que haya algo interesante: conciertos, exposiciones, teatro... ALGO.
Nada. Todos sabemos que corren malos tiempos, y para la lírica osea sé, la cultura, PEORES, pero no es posible que lleguemos a tales extremos.Que los conciertos estrella sean Malú y Bertín Osborne me deja anonadada, lo mismo que el nivel de artistas del teatro de calle. Si se van a realizar unas fiestas hay que pensar en la calidad, porque los ciudadanos no somos tontos, y eso de que: como es gratis va todo el mundo y no se queja, no es verdad. Se sigue teniendo un criterio.
Y por supuesto que es perfecto que este año se haya llamado a participar a los grupos musicales de la provincia, ¿pero cuál es el objetivo? ¿que se les dé a conocer o pagarles una mierda y así ahorrar dinero?
Y por supuesto que es perfecto que este año se haya llamado a participar a los grupos musicales de la provincia, ¿pero cuál es el objetivo? ¿que se les dé a conocer o pagarles una mierda y así ahorrar dinero?
Parece que al final lo único de calidad de las fiestas patronales consiste en los toros, que no lo olvidemos, pertenecen a una empresa privada y de los que hay muchos detractores; y las casetas -colocadas por los bares-. Nadie discute que no den vidilla las tapas (a su 2,5€ en época de crisis) ¿pero no decíamos que intentábamos que la fiesta no consistiera en beber? ¿no es en sí mismo entonces un poco hipócrita el hecho de preguntarse por qué la juventud bebe tanto? Igual tenemos que plantearnos qué ejemplo de pasarlo bien damos a los más jóvenes.
Los espectáculos en las fiestas de la ciudad deberían existir, y ser de calidad y gratuitos, porque es el momento en el que, al menos por una vez, todos todos los habitantes pueden participar de la ciudad y de su cultura, porque la economía, aunque nos hagan ver lo contrario, no lo es todo.