Tenía tantas cosas que decir que se quedó muda.
Eran tantas las ideas, los pensamientos, las opiniones, las palabras... que se le atropellaron una a una en la garganta y fue incapaz de decir nada.
Su oportunidad había pasado, probablemente nunca le volverían a preguntar su opinión.
lástima, tantos años de escucha para esto.
Esperaría... quizá otra vez, en algún momento, alguien le prestaría de nuevo atención.