Tiró el zapato a la mierda, y al chocar con el suelo se rompió en mil pedazos. ¿zapatos de tacón, y de cristal? ¿pero cómo iba ella a ponerse eso? Sus pies eran demasiado anchos y no sabía andar con tacones.
Pasó del vestido largo de princesita, parecía Ana Aznar el día de su boda, y se puso unos vaqueros, unas zapatillas de imitación de las converse y una camiseta de tirantes.
- Madrina, venga vamos, hoy te invito yo a las copas, y deja la barita, que las ratas van a seguir siendo ratas.