No las vamos a cumplir. Empezaremos el año pensando en hacer deporte, en ser mejores personas, en dejar de fumar o en leer un libro al mes. Y lo peor es que estaremos convencidos de que lo vamos a cumplir.

Los propósitos se olvidan. Probablemente porque no son más que eso... débiles intenciones de buena voluntad pero en general ajenas a nosotros.
Va a llegar el 2010 y con él 365 días por delante para poder vivir. Y ésa sí que es una idea propia de nosotros: todos queremos vivir así que... puede que sea el único propósito que cumplamos... y por tanto, el único que haré mío al acabar las 12 campanadas.
Este 2010 VIVIRÉ... hasta saber que no he perdido un segundo a pesar de la crisis, del cambio climático, de comeduras de tarro y de problemas globales; LUCHARÉ... y AMARÉ.
FELIZ 2010 A TODOS