Con el discurso de Zapatero y su última frase rondando nuestra cabeza, no puedo por más que levantar los ojos mientras camino por la calle, apartar el pelo del flequillo (aplastado por el gorro de lana que intenta inútilmente aplacar el frío), y ser deslumbrada por miles de lucecillas horteras con forma de hombre barrigón de traje rollo brillando sin parar a ritmo de un apretado paso lleno de cosumismo.
Cuando la reflexión sobre el derroche de energía, sobre esa nueva era energética debería ser necesaria, las luces de Navidad han comenzado a iluminar las ciudades españolas, incluso un poco antes que el pasado ejercicio.¿Qué hace Madrid inaugurando el alumbrado navideño el 27 de noviembre?
Si bien el cambio climático no parece ser un tema muy relevante para las grandes potencias, ilusa de mí, pensé que la crisis económica sí lo sería. En un momento en el que hay casi 4 millones de parados, en el que muchas familias tienen que ingeniárselas para llegar a fin de mes. ¿Es necesario gastar tanto dinero en lucecitas de colores porque ha nacido el niño Jesús en un portal de... finca de casa de lujo con piscina, sauna y portero de... EEUU?
Incoherente, estúpido, y hasta de falta de respeto. Peeo eso sí, como decía Perales, Navidad es Navidad y debe de ser necesario derrochar, total... las bombillas son de bajo consumo.
