domingo, 5 de octubre de 2008

Cosas que nunca se olvidan... o casi

Extrañamente hoy me he levantado con ganas de hacer deporte. Y digo extrañamente porque si mi profesor de educación física del instituto llega a saber que me he despertado de esta guisa se quedaría "tó pillao" y exclamaría: ¡"a ver! ¿Elisa? ¿pero Elisa? ¿la misma que hacía el test de Cooper andando?"

Pues sí señor, la misma que viste y calza, y no sólo eso, lo que es más, tendría que decirle que además me he levantado con ganas de andar en bici. Y ya está, cosas que pasan los días de resaca, se te antoja algo y... ¿por qué no vas a realizarlo? Si con el dolor de cabeza que tienes ya ni sientes ni padeces.

Total, que al acabar de comer he cogido la bici de mi padre, me he subido y he pensado: ¿quién narices decía que montar en bici no se olvidaba en la vida? Ya... que te acuerdas para siempre... pues yo debo de ser de otra raza (superior o inferior no sé, opto por lo segundo), pero ha sido poner el pie derecho en el pedal, ir a poner el izquierdo y... ladearme peligrosamente hacia un lado y... ueeeee el otro.

Al final eso sí, ¡prueba superada!, logré mantenerme más o menos recta e incluso dar pedales y avanzar. Ante esta situación no me quedaba más remedio que salir a dar una vuelta. Primero por la carretera, pero por todo el medio, porque por más que lo intentaba no conseguía ir recta, siempre tiraba hacia la izquierda (que sí, que se me nota de siempre, pero bueno, hay veces que si no se muestra con tanta radicalidad, no pasa nada).

Por suerte no pasó más que un coche, a cuyo volante iban dos chicos que al mirarme mostraron un: pero esta tía rara que hace por aquí, ¿se torcerá tanto porque aún le dura la de anoche? y entonces mi respuesta fue "pues puede ser, el vino de la cena de anoche me mató -el resto de lo que bebí después no... sólo el vino-".

Nada más pasar el coche, cuando pude volver a mi medio de la carretera, tuve que decir adiós al asfalto y comenzar a pedalear por un camino pedregoso, al que sinceramente, no tengo mucho cariño, pero si yo no lo quiero mucho, no os podéis hacer una idea de lo que opina mi trasero, entre el sillín, que aún no he logrado entender por qué siempre los hacen tan incómodos; y los cantos, no hacía más que botar y decir... "no te preocupes Elisa, tù ahora me traes por aquí, pero ya me vengaré yo mañana cuando no puedas apoyarme en ningún sitio". Hay que ver lo rencorosos que son algunos.

Sorprendentemente, a pesar de todo, incluso del perro que salió de la nada para demostrar que estaba ahí, no me caí. Eso sí, durante el tiempo que duró la vuelta, y cuando mi mente no estaba ocupada pensando en que me podía caer, en que tenía que irme hacia la derecha, y en quejarse por los botes, no hacía más que recordar mis veranos en el pueblo cuando cogía la bici hasta para ir a la casa de al lado. Estaba claro que nunca fui Indurain, y que cuando iba al pueblo más próximo siempre me paraba a medio camino, pero joder, al menos no me ladeaba, que esta tarde parecía Pancho el de verano azul si hubiera rodado la serie unos cuantos años después...

En conclusión, lo importante de toda esta historia, que en realidad probablemente no os interesará en absoluto, es que no es tan cierto eso de que andar en bici no se olvida en la vida. La teoría no se olvida, tú lo visualizas, como cuando después de ver durante una semana a gente haciendo acrobacias y malabares haces un mapa mental en tu cabeza de cómo llevarlo a cabo, y luego vas a hacerlo y... y dices, pero a ver, ¿estamos tontos o qué? ¿se puede saber cómo has llegado a creer que ibas a ser capaz de hacer una pirueta hacia atrás y recoger las mazas si no puedes ni andar en bici...?


Andar en bici es como follar, no se olvida. Ya... pues ¡ay! de aquel que haga mucho que no moje... y del que tenga al lado pffff

8 comentarios:

  1. Tanto montar en bici, como montar a alguien (perdón por la vulgaridad, era un juego de palabras, mejor, practicar sexo) nunca se olvida, pero como lleves tiempo sin ejercitar... ambos te dejarán agujetas en las partes más insospechadas!

    Un saludo Gruntal
    XXX

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  2. Joder. Te puedes creer que no sé montar en bicicleta?

    Aunque leyendo me parece todo suuuuper difícil y me da suuuuuper pereza intentar aprender. Ahins.

    No hay otros deportes?

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  3. Si no montas desde hace tiempo lo llevas claro... yo creo que estoy olvidando cómo montaba, qué pena. Y eso que cuando tuve montura fija, montaba muchísimo, pero ahora que no la encuentro, aunque sea montura ocasional... temo que puedo olvidar cómo era lo de montar como dios manda.

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  4. Bueno vale, quizá no lo olvides del todo, pero la falta de práctica te hace ser un zoquete redomado, por cierto en ambos temas. Y lo de las agujetas Gruntal, complétamente de acuerdo!
    Carlitos, mira a ver, que tienes que estar muy gracioso con los ruedines por detrás :P

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  5. Yo discrepo totalmente yo hacia la leche que no cogia una bici la cogi hace cuestion de 20 días jo que bien dije sigo igual de agil, pero fuer acoña de pequeño practicaba Judo y sigo sabiendo hacer las caidas y las llaves y todo hay cosas que no se olvidan lo que no hay que perder es la confianza.

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  6. Creo que lo fundamental no se olvida, que es el buscar el equilibrio para no caerte, pero lo que está claro es que la destreza no puede ser la misma.
    Yo recuerdo aquellos veranos en los que la bici era una especie de prolongación de mi propio cuerpo, pero si tuviera que cogerla ahora.... otro gallo cantaría...!!!
    Un beso.

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  7. Claro que no se olvidan... como mucho te cuesta 15 minutos "acordarte"...

    Bueno, este tiempo en el sexo puede ser fatal, pero en la bici no hay tanto problema.

    Vaya, neruda que misteriosa hablando de "equilibrios" y de "prolongaciones del cuerpo" con lo mal que esta la peña en este foro ...

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  8. jajaja! Q chungo, vamos a tener q mojar cuanto antes o se nos olvidará la practica!

    Yo creo que tuvo mucho q ver la noche anterior, q fue demasiado confusa y estúpida, pero en fin.

    Habrá que coger la bici más a menudo, ya iremos juntas a dar una vuelta.

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