lunes, 21 de julio de 2008

Sindrome POSTVACACIONAL

Según expertos el síndrome postvacacional se describe como una incapacidad de adaptación al trabajo tras la finalización de las vacaciones que conlleva una serie de síntomas en forma de desequilibrios físico-psíquicos, que suelen remitir al cabo de dos semanas en algunos extremos, aunque lo más habitual es que remitan a los pocos días. Según expertos, el 35% de trabajadores españoles de entre 25 y 40 años sufren esta alteración.

Recién llegada de unas minivacaciones, porque 10 días no dan para nada, creo que estoy entre ese 35%, ¿por cuánto tiempo? Aún no lo sé…

Pasemos a analizar los posibles síntomas, entre otros, que reflejan este estado de rechazo al trabajo para saber si vosotros lo habéis sufrido alguna vez, o lo sufriréis en breve:

· Irritabilidad

· Astenia

· Tristeza

· Apatía

· Ansiedad

· Insomnio

· Dolores musculares

· Tensión

· Náuseas

· Sensación de ahogo

· Problemas de estómago

En resumen: ninguna gana de ir a currar, y posibles situaciones como las del chiste: “mamá… no quiero ir hoy al cole”… “pero hijo, ya sabes que es tu obligación, ¡y además, tienes 30 años y eres el director del cole!

¿Pero por qué padecemos este síntoma? Según los expertos el desajuste horario es la principal causa, seguida del cambio en el ritmo diario y en los ciclos, en las comidas, y sobre todo, en nuestra actividad social relacional. A esto hay que añadir el regreso a un entorno hostil de demandas y exigencias y a un ritmo que nos hace cambiar bruscamente nuestros hábitos de las últimas semanas. Porque a ver, has pasado de tomarte todos los días unas cañitas en una terraza, de poder comer en más de una hora, de ir a la playa, de darte cuenta de que las ciudades no desaparecen por las mañanas, que siguen ahí llenas de jubilados… a estar 8 horas encerrado (si no son más con esta decisión de la UE de poder ampliar la jornada laboral a más de 46 horas semanales)

De todas formas, está claro que a todos no nos afecta de igual manera, porque además de la variable de entorno, existe otra muuuuucho más importante aún: la percepción subjetiva, la vivencia de nuestra vuelta al trabajo, que puede ser positiva o negativa. Y en este caso, somos nosotros los que tenemos que escoger entre la botella medio llena o medio vacía.

¿Qué podemos hacer para evitarlo? Textualmente escribo la solución que aportaban en una página web: “Debemos reconocer que el entorno de trabajo es un elemento fundamental junto a la percepción que de dicho entorno tenemos. Así, la relación con jefes, colaboradores y compañeros ha de basarse en una comunicación fluida, que puede hacer más llevadero el proceso de adaptación al regreso. El tiempo que estamos de vacaciones también es otro elemento que influye notablemente. Nosotros aconsejamos repartir o dividir el periodo de vacaciones de modo que podamos disfrutarlas en dos periodos siempre que sea posible. Una vez que el fin de las vacaciones está próximo, no dejar todo para última hora, sino regresar tres o cuatro días antes e ir adaptando nuestro ritmo al habitual”

Tanta palabrería para decir que simplemente es una putada que se te acaben las vacaciones, y que de estar tranquilo, sin ningún problema, disfrutando, pasas a madrugar y a encontrarte con la mesa llena de papeles pendientes y con más de doscientos emails por leer en la bandeja de entrada de tu correo electrónico. Sin contar con que tienes que volver a ver la cara a tu jefe, y que hasta dentro de bastante tiempo no tienes vacaciones. Sinceramente, ni botella medio llena ni medio vacía. En todo caso vacía entera del lingotazo que te vas a meter para intentar aguantar como buenamente puedas la que se te avecina… y encima probablemente hayas empezado un lunes ¡con lo que te quedan cinco días para el fin de semanaaaaa!!!. Ante esta situación, ¿quién realmente va a querer volver a currar?

Por el momento, lo que yo voy a hacer es seguir a rajatabla uno de los consejos que dan para aliviar los síntomas: “comenzar de manera gradual, siendo conscientes de que nuestro rendimiento irá creciendo en un par de días –esto ya veremos-.”

14 comentarios:

  1. lo prometido es deuda, asike yo sere el primero en aydar al pobre coyote!!!!!! ademas tambien estoy en pleno sindrome post vacacional.....no kiero ir al trabajo....buaaaaaaa. un beso guapa

    ResponderEliminar
  2. Ale chica que exagerá !

    Pero si el trabajo dignifica ! Es bueno para todos, jejeje. Piensa que si no hubiera trabajo no disfrutaríamos tanto de las vacaciones.

    Yo te digo esto porque tengo que aguantar todo el veranito en Zgz pasando calor, pero oye, se que en Octubre me pegaré un gran viaje y habrá valido la pena (si vuelvo vivo)

    Besossss y animo !

    ResponderEliminar
  3. Yo para luchar contra el sindrome postvacacional, este año no me voy de vacaciones jeje.

    No en serio, lo que suelo hacer es coger dias sueltos, que me duran para todo el año, y asi no te metes el atracon de dos semanas rascandote la tripa.

    Animo de todos modos, que el sindrome ese te lo cargas en un please!

    ResponderEliminar
  4. Jojo, he puesto please, cuando quería decir plis.

    Necesito unas vacaciones,

    ;-)

    ResponderEliminar
  5. Pues yo tengo todos esos síntomas y todavía no me he ido de vacaciones, así que deduzco que el sindrome post vacacional es similar al prevacacional.Vamos, que volvemos igual que estabamos.

    ResponderEliminar
  6. Bueno, mi síndrome ya va un poco mejor, aunque las ganas de currar siguen siendo las mismas :P
    Por cierto Portrait, ¿qué tal tu nuevo curro? al menos que te guste ya que no tienes vacaciones!!
    Luis, ¿qué tal por Berlín?
    Y eso de que el trabajo dignifica... pa mí que se lo inventaron los ricos.

    ResponderEliminar
  7. Trabajar con alegria dignifica, pero eso es lo complicado!

    Yo siempre que pienso que mi curro es monotono, aburrido, inutil... pienso en la kioskera de mi casa, en lo alegre que esta siempre y lo bien que atiende, en un trabajo a priori monotono, aburrido y que no cambiara el mundo.

    Y entonces comprendo lo de la dignidad del trabajo.

    ResponderEliminar
  8. mmm...yo creo que lo fundamental es que la mayoría de actividades convertidas en trabajo son un coñazo total. Eso hace que escapar de ellas unos días y luego tener que volver sea una grandísima putada

    Aunque no currar tampoco mola....

    ResponderEliminar
  9. En parte es verdad Portrait, cuando una persona está en paro y le contratan sentirá que alguien ha encontrado por fin su valía. Es muy difícil ir de una entrevista a otra y acabar siempre con un: lo sentimos pero no cumple el perfil buscado. En esa situación es cierto que encontrar un trabajo dignificaría a la persona. Probablemente sea verdad, deberíamos ir siempre con una actitud mucho más positiva al trabajo. El problema supongo que es que al final en muchas ocasiones el curro te acaba quemando tanto que lo odias, y ya ahí la única solución posible es dejarlo… si realmente quieres ser feliz, o aguantar como buenamente se pueda, con lo que de dignidad no hablamos. Aún así, ¿cuánta gente hay amargada en su trabajo? Creo que más de los que pensamos.

    ResponderEliminar
  10. El deporte rey en España no es el fútbol, si no el buscar excusas para no trabajar. Y el síndrome postvacacional es una de éllas. A mí me funciona!

    En otro orden de cosas, no solamente el Fantasma del chiste y Jaimito han caído en el olvido, el perro Mistetas es otro elemento a reivindicar. Tal vez las Underground podrían dedicarle una canción...

    Beso!

    ResponderEliminar
  11. ¡Hecho Javier! me pongo en tarea para pensar una canción

    ResponderEliminar
  12. Ya te lo diré al volver de vacaciones...

    ResponderEliminar
  13. Yo nunca sentí ese síndrome... pero nunca viví grandes periodos vacacionales... Eso si, cuando vuelva ya te diré, porque esta vez si que esta siendo gorda jajajja

    ResponderEliminar