Vuelves a casa, te metes en el ascensor y pulsas el botón de tu piso; te das la vuelta para mirarte un momento al espejo con la esperanza de tener la misma buena pinta con la que saliste por la mañana... y de repente, un golpe, se apaga todo, y salta la luz de emergencia:
ENCERRADA EN EL ASCENSOR.
Guai, vamos a tomárnoslo con filosofía, parece que se ha ido la luz de todo el edificio,
Mierda... PUNTO NEGATIVO: justo hoy tenía que ser el día sin móvil, y tú vas y secundas la llamada y lo tienes apagado en tu casita. Aunque no nos engañemos, otro día cualquiera tampoco lo llevarías encima. No te preocupes, te acabarán sacando. Tampoco pasa nada porque un día no cenes.
PUNTO POSITIVO: son las 10 de la noche, así que casi todos los vecinos estarán cenando o preparándose para ello: Todo el mundo se dará cuenta de que se ha ido la luz y saldrán a ver qué ha pasado.
Pasan unos segundos, y oyes que las puertas de los pisos comienzan a abrirse.
¿qué ha pasado? se ha ido la luz ¿pero es general? parece que en todo el edificio...
oyes las conversaciones un poco alejadas, y comienzas a pulsar la alarma. Bien, han salido fuera, te oirán. No lo prolongas demasiado, porque el pitido es demasiado molesto, lo justo para que se den cuenta de que tú estás ahí, cerca de ellos, pero separada por unas puertas de seguridad.
¿te oyen? hummm tú a ellos sí: "que sí, que hay alguien en el ascensor"... y vuelves a pulsar el botón de emergencia. Has captado su atención, ahora grita, diles quién eres, por lo menos que tus padres sepan que estás ahí.
Alguien se acerca a la puerta y gritas que eres Elisa, la de Ramón, la del sexto(te acuerdas del pueblo, cuando pasabas por una calle y los mayores cuchicheaban sí, ésa es la del Ramón, de la Paulita, está de buen ver, o ha afeado... a veces dicen que hasta se podía escuchar algún comentario bueno).
Los vecinos se acercan al ascensor, curiosamente lo que más repiten es "no te preocupes". Ellos desde luego no pueden ver cómo estás sentada en el suelo copletamente tranquila pensando en lo divertida que es la situación y lamentándote por no tener un boli a mano para escribir.
Voces de hombre, ... sabes que ya va a comenzar la O.R.E. (Operación Rescate de Elisa, mientras tened en mente la melodía de Indiana Jones)están medio discutiendo sobre cómo abrir la puerta: "Es muy fácil, coges una llave inglesa y..." "no, no, así no"... "Venga, ahora lo has cogido mejor"... Y escuchas a tu padre hablarte a través de las puertas: "así que eras tú... jaja".
Vaya, resulta que aunque no estabas preocupada, la voz te ha hecho recordar el post del otro día, esa persona que te da seguridad.
Y de repente se hace la luz, a la vez que justo notas cómo la primera puerta es abierta. Y comienza a usarse la fuerza bruta para hacerse paso a través de las segundas... ya casi está... ves manos... y la puerta se va abriendo mostrando un paisaje curioso. Seis o siete hombres alrededor de un ascensor, y varias mujeres detrás. ¡qué bienvenida más concurrida, por unos momentos te sientes hasta importante!
La próxima vez podrías subir andando pero... te perderías una experiencia así.
por coincidencia llegue aqui, estaba viendo mi blog y le di sobre la pestañita de "siguiente blog" y cai en el suyo.
ResponderEliminarFue una buena coincidencia, me gusto su relato.
Personalmente le tengo fobia a los ascensores, siempre que estoy en uno de ellos empiezo a pensar cosas supremamente bizarras...
Y muy gracioso los de la O.R.E.
Un saludo
Jeje, me he reido un montón con tu relato... me recuerda a una vez q yo me quedé en el ascensor de la facultad con una profesora y nadie nos oía porque estábamos entre dos plantas a una hora en la que todo el mundo debía de estar en clase. Afortunadamente, hay gente que sigue haciendo peyas y se va a tomar un café. "Nos han dicho q los de mantenimiento van a tardar un par de horas" nos gritaron al otro lado de las puertas. Y unos minutos después nos abría la puerta el hombrecillo q se encarga de la limpieza, Mac Giver para los amigos, con una llave inglesa (por cierto, q el mecanismo era ridículo) y estuve a punto de besarle.
ResponderEliminarLo de besar al hombrecillo que nos "rescató" fue por la tensión acumulada, no se trató de amor a primera vista, jajaja ;)
ResponderEliminarSiempre me acordaré de la historia que contáis de pequeñas, cuando os quedasteis unas ocho en tu ascensor Gema, y decidisteis que para que el aire no se acabara, tendríais que respirar por turnos, ¿alguna llegó a ponerse azul? jaja
ResponderEliminarjejeje
ResponderEliminarmenuda aventura! el ascensor de mi edificio se atasca siempre... y siempre subo en él... el pequeño deporte de riesgo de todas las mañanas! jejeje
Vais hoy a ver Palíndromos?
yo estaré allí.
besazos!
Salgo a las 9.30 de currar :(
ResponderEliminarSí, la verdad que siempre ha sido una de mis fantasías, quedarme atascada en el ascensor, sola o acompañada, pero todo muy naif, eh:)
ResponderEliminaruna historia muy buena, Elisa.
ResponderEliminarHablando de ascensores, mañana tengo que hacerme una foto dentro de un ascensor... espero que no se me olvide.
Me ha gustado como has narrado la salido del ascensor, me venia a la cabeza la tipica historia del niño que se cae al pozo, jeje.
ResponderEliminarMe encanta lo del ORE... Y lo entretenido que hiciste la espera a oscuras a los vecinos.
ResponderEliminarVes como la tecnología puede ser util... A cuantos nos pasa lo de llevar cosas inutiles todos los días, excepto el día que son necesarias... bueno en este caso dejarían de ser inutiles... y mejor no transformar la esencia de los "seres".