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TRES PARES DE NARICES
Es curioso lo que almacena nuestro cerebro, cómo a pesar de machacarle a base de aniquilar neuronas con el alcohol y demás vicios, en el momento más inesperado te sorprende con un comentario la mar de gracioso, un pensamiento curioso (no tiene porqué ser obsceno, o sí, ¿por qué no?; o simplemente, con un recuerdo. Y esto es justo lo que me pasó ayer.
Te pones a fregar los platos tan tranquilamente –con pereza y mala leche… puede, no lo niego-, pero te acabas poniendo, y al echar el jabón en el estropajo te das cuenta de que tu madre ha cambiado de marca, aprietas el bote… y de repente, el olor de ese líquido viscosilla te transporta a miles de kilómetros y años -¿quién dijo que necesitaba las drogas?
Y sin delantal ni guantes –porque por mucho que diga mi madre, a mí con ellos se me siguen resbalando los platos…- aparecí en mi piso de Finlandia cinco años atrás- fregando también, porque a mí siempre se me ha dado mejor la limpieza, por decir con eufemismos que cuando cocino no hay perro pichi que se lo coma.
Fregar los platos en Finlandia, o los vasos después de estar bebiendo vodka-zumo de naranja con una resaca considerable que se reía de mi cara, estómago y aliento. Miles de recuerdos e imágenes de mis meses allí siguieron pasando por mi cabeza mientras echaba jabón a los tenedores: las caras, las risas, y hasta el frío. ¡quién no querría volver un poquitín atrás en el tiempo y poder volver a vivir alguno de esos momentos que tan felices nos hicieron y aprovecharlos ahora un poquito más, sabiendo el buen sabor de boca –a pesar de las resacas- que nos dejaron!
Y todo eso con sólo una nariz, porque no nos engañemos, da igual la forma que tengan: grandes, respingonas, peculiares y personales, muuuuy personales, pecosas, con pendiente, peludas con los años y chatas, el olor llega en el momento más inesperado, se va introduciendo por las fosas nasales y te hechiza. Está bien, por las narices que moqueen va a ser una tarea muy ardua…
¿Quién dijo que volar era caro? Sólo tenemos que dejar de recordar esos malos momentos, que por extrañas razones suelen ser los que más pesan, y sacar a la luz las alegrías de nuestra vida para que por unos momentos nadie nos pueda quitar la sonrisa de la cara
Lo maravilloso es que esos olores nos acechan,nunca sabes cuando van a aparecer y eso los convierte en magicos.
ResponderEliminarhablando de recuerdos ya no solo motivados por los olores...
ResponderEliminarHoy recorde una situación muy especial de hace un par años con alguien muy especial.
Una cosa que pienso mucho sobre los recuerdos es que es una pena que veces los recuerdos no se marquen de la misma forma en sus protagonistas. Estoy convencido que para la otra persona ese momento significo poco, en cambio para mi significo mucho. Una pena...
¿y has pensado lo contrario? que haya gente que tenga un recuerdo en el que tú apareces y que sin embargo, para ti no tenga la mayor importancia... es bonito, a la vez que supongo, algo egocéntrico, pensar que para alguien has significado, aunque sea tan sólo unos momentos, algo que merezca la pena recordar
ResponderEliminarA mi me pasa con mi colonia.La descubrí en tercero de BUP, fueron muy buenos tiempos¡¡¡. Al principio me parecía un poco dulzona, pero chica, duraba tanto el olor que me acostumbré a ella. Cuando acabé el segundo frasco , me dijeron que se había dejado de fabricar... la busqué y la busqué, pero no la encontraba por ningún sitio, hasta este año.
ResponderEliminarAhora no distingo el olor, sin embargo, la gente, cuando la huele, me sigue diciendo: "Ayer alguien llevaba tu colonia, y me acordé de ti"
No dejaré de usar mi perfume...
(PD: tengo el copyright de este post, así que a nadie se le ocurra usarlo para un anuncio¡¡¡)