lunes, 11 de septiembre de 2006

EL DEPORTE NACIONAL


Veamos alguna de las frases más dichas durante esta última semana: “¡menudo calor! ¡esto es insoportable!” “pfff a ver si viene de una xxxx vez el frío, no aguanto tanto calor”, “lo que tiene que hacer es llover, está todo sequísimo”, “esto no es normal, hace más calor que en julio…”

Y leamos ahora, algunas de las que aventuro a decir, nos cansaremos de oír en breve: “ya está lloviendo, menudo coñazo”, “qué frio, yo prefiero el calor”, “¿cuándo va a dejar de llover? Esto no hay quien lo aguante, no se puede ir a ningún lado”, “¿pero cómo vamos a tener que sacar ya el abrigo?”

Sí… el deporte nacional, supera con creces incluso al fútbol: QUEJARSE, por el tiempo que hace –es lo que más se escucha porque la mayor parte de nosotros tiene ascensor y ya se sabe: viaje con un vecino: tema obligatorio: el tiempo. Lo uno lleva a lo otro, ¿qué sería de los ascensores sin los cambios de temperatura? Se volverían demasiado silenciosos e incómodos.

Pero hay más temas… del trabajo (si no tenemos porque no queremos estar en el paro, si tenemos porque estamos hasta los xxxxx, qué más da, hasta los cojones), de salir de fiesta (si hay gente porque es demasiada, si hay poca… que dónde se mete la gente, que son unos aburridos, que…), de las subidas de precio del tabaco y alcohol, de las rebajas (aunque al final siempre caemos), de la televisión (que siempre vemos), del gobierno y sus políticas, aunque luego nunca nos impliquemos para intentar mejorar algo…

Nos quejamos sí, porque es el deporte nacional y por lo que nos han dicho, hacer ejercicio es bueno para nuestra salud. En este caso será para liberar el estrés, digo yo… pero parece que al final nunca nos conformamos con nada, ¿será porque nos aburrimos y no tenemos otra cosa que hacer? ¿Será nuestra condición como castellano-leoneses? ¿Cómo españoles? Será, será… pero seguimos quejándonos.

2 comentarios:

  1. Me gusta tu indignacion ante la indignacion...

    Me recuerdas a Javier Marias escribiendo,que conste que es un piropo.

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  2. "¿qué sería de los ascensores sin los cambios de temperatura? Se volverían demasiado silenciosos e incómodos."

    El silencio es el sonido más fuerte.

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