viernes, 20 de enero de 2012

Desmemorias 2.0

Estas Navidad los Reyes me trajeron el libro de los abrazos, de Eduardo Galeano. Abriendo una página al azar me topé con un pequeño relato sobre las desmemorias:

"Estoy leyendo una novela Louise Erdrich. A cierta altura, un bisabuelo encuentra a su bisnieto. El bisdabuelo está completamente chocho (sus pensamientos tienen el color del agua) y sonríe con la misma beatífica sonrisa de su bisnieto recién nacido. El bisabuelo es feliz porque ha perdido la memoria que tenía. El bisnieto es feliz porque no tiene, todavía, ninguna memoria. 
He aquí, pienso, la felicidad perfecta. Yo no la quiero".

Ahora que se está produciendo el Juicio a Garzón imputado por un supuesto delito de prevaricación en la investigación de la trama Gurtel, y teniendo pendiente a su vez otra causa abierta por la investigación de los crímenes franquistas, el debate sobre la memoria histórica ha vuelto a abrirse con fuerza.

Sin lugar a dudas la memoria es necesaria en la historia para comprender el mundo en el que vivimos, para saber de dónde venimos y a dónde podríamos llegar; y en nosotros mismos para avanzar y aprender de nuestros errores.. Pero cuántas oportunidades quedan valdías por una mala experiencia y por el miedo a que nos suceda lo mismo. cuántos besos, te quieros, miradas y palabras sensuales se perdieron por temor a ser rechazados una vez más y sufrir lo que otros ya nos hicieron. 

A veces sería mejor desmemoriarnos para atrevernos a vivir más felices, para ser ingenuos y candoros. Pero como dice Galeano, yo no lo quiero.


Al volver la página del libro de los abrazos había otro texto:

 la Desmemoria/2
El miedo seca la boca, moja las manos y mutila. El miedo de saber nos condena a la ignorancia; el miedo de hacer nos reduce a la impotencia. La dictadura militar, miedo de escuchar, miedo de decir, nos convirtió en sordomudos. Ahora la democracia, que tiene miedo de recordar, nos enferma de amnesia; pero no se necesita ser Sigmund Freud para saber que no hay alfombra que pueda ocultar la basura de la memoria.