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Si alguien muere desangrándose durante más de dos horas ante la mirada impasible de una veintena de ciudadanos en Nueva York... es que el mundo se ha vuelto loco. Y si de esos, sólo uno parece que le presta atención pero al final desiste; y otro incluso hace una foto del hombre herido con su móvil... es que algo va mal, muy mal.
¿hasta qué punto hemos llegado en el que somos capaces de pasar junto a un hombre muriéndose y nos da igual? ¿cómo hemos llegado a ese punto de insensiblidad, de individualismo y egoísmo propio?
Da miedo un mundo así, pero sobre todo, es desolador.Parece que el ser humano ha acabado con su adjetivo y es tan sólo un ser.
Pero, creamos en la esperanza, que siempre hay sitio para ella, aunque hoy lo hagamos un poco más tristes.