Operación Aeropuerto

El viajar en avión es un placer sí... bueno, siempre y cuando no viajes con Iberia, que últimamente no tienen más que problemas. Bueno, o con Rayanair o con... pero no, no estábamos en este punto.
El viajar en avión es un placer... pero entrar en el aeropuerto, más concretamente a la zona de embarque, no.

Una vez que en el mostrador de tu compañía de vuelo te dan tu tarjeta y ves la puerta, te diriges irremisiblemente a pasar el control de seguridad. Y ahí ya comienzan los temblores, porque si vas a viajar sin facturar, la has cagado.

PUNTO PRIMERO: EL NECESER
¡Mierda! abrir la maleta para sacar todos los líquidos del neceser (colonia, cremitas, tónicos desmaquillantes, pasta de dientes...) y el problema no es meterlos en una bolsita de plástico. no... el problema es abrir la maleta.

¿Pero es que no se dan cuenta de lo que te costó cerrarla? ¿y de que si la abres no sabes cómo hacer que luego corra la cremallera? Pero tú pacientemente lo haces, eso sí, te apartas de la cola porque el cabrón que viene detrás ya ha tosido cinco veces y cuando le has ofrecido un caramelo te ha taladrado con la mirada.

Y según vas sacando todo, te das cuenta de que, como te enseñó tu madre, toda tu ropa interior está colocada al principio. Menos mal que por si acaso había alguna ocasión de flirteo durante las vacaciones has metido tus más sexis intimidades y las bragas de abuela las dejaste en casa. Bien, primer punto superado: has sacado los líquidos y has vuelto a cerrar la maleta.

Ahora viene el SEGUNDO: DESCALZARSE Mierda... ya no lo recordabas desde la última vez, y tú en medias, con lo frío que está el suelo...y lo peor: ¡carrera en la media! bueeeeeeeeeeno, al menos no son tomates en los calcetines.

TERCER PUNTO: PASAR POR LA BEEPGATE: o puerta que pita.
Y que pita por todo: cinturones, horquillas, algo que no tienes ni idea de qué es pero que sigue pitando, y pitando... y te dirigen hacia una cabina de cristal a hacerte preguntas: por qué vas a viajar, quién tienes allí, por qué... Saca todas las cosas del bolso, déjame que tomo tus huellas...
Se lo juro señor agente, no soy un criminal, que no he roto un plato en mi vida... bueno, reconozco que una vez robé unas gominolas, y que me he emborrachado un par de veces (eh... bueno...)

CUARTO PUNTO: LA ESPERA DE LA MALETA
Tras ponerte la ropa que medio te han quitado para ver si eras ironwoman, esperas impaciente a que pase tu equipaje y el bolso, que de nuevo han pasado por el escáner. Y de repente te das cuenta de que has olvidado sacar la cuchilla de afeitar (para las axilas se entiende), y las chocolatinas que tenías en el bolso para el viaje, y el cortauñas...

Y pasan, sin más... ¿eso es control? pero de repente... ¡alto! ¿esto que llevas aquí? y te señala tus botecitos de líquidos que habías metido en la bolsita.

Productos para limpiar la cara, intentas decir tú en tu mejor inglés aprendido con los programas de Gomaespuma. Y ves que los abre, los huele... ¿se pensará que es alcohol? son para la cara repites.
Y ella contesta: ya
Pues chica, no debes de saberlo porque con la cara que tienes... Y entonces la cabrona va y te dice que los tienes que tirar. ¿mande? pero tú sabes lo que vale eso ¿? y sabes que hay crisis y que estoy en el paro ¿? ¿será que sabe leer el pensamiento y supo que me había metido con su cara?

Sí, esa que tendré yo porque me quedé sin ellos ains y esa que se me quedó mientras esperaba el retraso el avión ... menos mal que siempre me quedará la cuchilla de afeitar.