sábado, 13 de septiembre de 2008

El arte de tender

No nos engañemos, cada actividad que realizamos tiene su manera de hacerse, su arte. Es decir: ahí está el arte de cocinar, de bailar, de... ese "ay madre, es que tienes un arte que no puedes con él". Y ahí está también, ese arte de tender la ropa. Pues sí, tender la ropa, ¿qué pasa? que parece algo muy fácil pero ahí estás tú sólo ante el peligro con:

* Dos cuerdas (que una va para un lado, la otra para otro y te lías, te lías).
* Una colada
* Pinzas de la ropa
(en algunas ocasiones hay que añadir a la escena el viento, la lluvia que te hace ir corriendo a casa y recoger a toda hostia todo, y las palomas... que tienen siempre el gusto por hacer sus necesidades en tu ropa, será porque les mola el color, o el olor del suavizante, no sé, pero ahí que van siempre las hijas de puta)

En fin, tarea fácil piensas mientas vas sacando la ropa de la lavadora y coges, cómo no, una de las sábanas. Enormes por cierto, ¿y ahora que? porque anda que no jode cuando miras por la ventana porque de repente parece que ha habido un eclipse de sol (y tú no habías escuchado nada en la tele: ¿será el fin del mundo?) y resulta que no es más que una sábana enorme que bloquea tu ventana y que te da la impresión de estar en un teatro de sombras.

Total, que ahí sigues tú con tu sábana y decides no ser un vecino tan cabrón: vas a doblarlas eso es. Y es entonces cuando por primera vez en mucho tiempo te arrepientes de vivir solo: está claro que tus brazos no son tan largos para tanta tela. Pero sin saber cómo y habiendo protagonizado un espectáculo digno de Pepe Viyuela, acabas consiguiéndolo. Lo malo es que asombrosamente, a pesar de tu gran entrega se te ha ido algún doblez y has jodido igualmente al vecino... pero al menos te has esforzado, eso que se que ahí para tu conciencia.

Y tú sigues cogiendo ropa, que si una camiseta, otra... y un pantalón vaquero. Vale, tu madre te dijo algo también sobre esto... ¿cómo era? ¿y por qué pesan tanto que parece que la cuerda se va a venir abajo? y más o menos lo pones, dejando para el final el momento de la ropa interior. Bragas, tangas y sujetadores, ¡pero si parece que estás en el mercadillo. Señññññora, la tanga un euro, estamos que lo regalamos... Y de repente vas y te preguntas, ¿los vecinos mirarán la ropa interior de los demás? hummmm en mi piso sólo hay gente muy mayor, mejor ni mirar, pa qué...


Pasas del pensamiento y sigues con tu tarea cuando de repente... ¡puta! se fue para abajo, ¿pero cómo se puede caer tanta ropa?, que no es tan difícil hija... que cuando no es el viento es que eres un manazas. Claro, que es peor en el primer caso, porque puedes no darte cuenta de que se te ha caído algo y regresar un día a casa y ver en el picaporte de tu puerta un objeto extraño, acercarte poco a poco, con una mezcla de miedo y curiosidad, y ver ahí puesto parte de tu ropa interior como si se tratara de un trofeo. Interesante... sobre todo si momentos después te encuentras con tu vecino de sesenta y tantos que es el que lo ha recogido y te dice si has visto ESO que te ha dejado, ¿eso? sí, sí, se llama tanga, no pasa nada, por supuesto que lo he visto, como para no... es simplemente que no lo había echado en falta. ¿que no lo habías qué? no, nada, nada, sólo que me alegro de que me lo hayas devuelto, porque el molinillo de viento que se llevó el aire también abajo te lo quedaste. ¿Para qué querrá un hombre tan mayor un molinillo de viento? Hummm

12 comentarios:

  1. Joder.

    Y yo con tendederos plegables de estos que venden los chinos. Voy a dejar de usarlos para empezar a sentir en mis carnes la angustia de las pinzas.

    Y si a ti se te cae la ropa...qué haces ahora mismo con camiseta puesta?

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  2. Jojojo......eso eso Elisa...

    Qué haces con camiseta?

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  3. Pero, ¿y quién os ha dicho que lleve ahora camiseta? :P

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  4. No se pero cuando den clses del arte de tender ysobre todo del arte de planchar me avisas porque yo no se que arte tendre pero estos dos seguro que no, o este es un arte de esoso que se tienen de nacimiento y no se pueden aprender EHHH?

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  5. A mi lo de tender se me da muy bien, pero lo que es plancharrrrr ..... Grrrr imposible !

    Y es cierto, yo cuando mas echo en falta vivir con alguien es cuando tengo que doblar una sábana (bueno, y en los despertares modelo "tienda de campaña")

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  6. A mí de peque me encantaba que se me cayera la ropa abajo porque tenía que ir a casa de la vecina del primero y me hacía saltar al patio desde la cocina (ese patio "mágico" al que sólo tenían acceso los vecinos del primero). También molaba la vergüenza que pasaban los vecinos buenorros cuando les tenía que subir sus calzoncillos que se caían en mi casa... un consejo mu sabio que me daba mi madre y que puedes usar: "tiende la ropa fea y las braguitas en las cuerdas más cercanas a la ventana y más allá las sábanas y las toallas para que no te las vean los demás vecinos" un besito

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  7. Elisa has conseguido que Ambar, una de las grandes musas del potorrismo, comente antes en tu blog que en el mío.

    Bravo!

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  8. Desde luego, el arte de planchar es... quizá algo innato, no sé, tampoco lo practico demasiado, sólo cuando se va acumulando ropa y has gastado ya la que "casi" no estaba arrugada.
    Vagabunda, tienes razón, siempre me han fascinado los patios "particulares" a los que sólo podían acceder los del primero.
    Ah, y sí, he pasado vergüenza cuando mi madre me hacía pedir la ropa que se había caído... por cierto, ¿por qué siempre se cae lo más feo y tiñoso que tienes?
    POrtrait, me siento entonces halagada: ¡muchas gracias Ámbar! ya nos contarás qué tal tus experiencias tendiendo :P

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  9. jajajaja!
    Q no me descojoné ni nada cuando me contaste esta historia... madre mia!! Hace siglos q no entro en mi blog!

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  10. El arte de tender... acabo de ver como unas bragas (si, si, bragas, nada de braguitas picaronas)caen sin remedio a la terraza interior de un bar a la que sólo se accede saltando por una ventana...

    Por supuesto siempre negaré que son mías y cambiaré de bar para ir comprar tabaco!!!

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  11. o también puedes ir al bar a tomar algo y colarte sin que te vean a por las bragas... jeje, en mi caso siempre saben que son mías, ¡oups! es lo que tiene que el resto de tus vecinos tenga una media de 60 años

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