OT (Operación Topillo)

El alcalde de Villalar lo ha probado todo: bastonazos, patadas, empalamientos… pero los topillos, esos hijos de la gran… topota madre, o eso dicen, siguen resistiendo.

Si soy sincera, el bichejo en sí a mí me parece gracioso: esos ojillos, esos dientes… parece mentira que unos primos de Mickey Mouse puedan causar tales estragos. Aunque esperad, ahora que lo pienso, según como está la juventud que ha crecido con el ratón de Disney, y las ñoñerías que protagonizaba, lo raro es que sólo se dediquen a arrasar cosechas. De hecho, ¡qué coño! deberían cometer actos mucho más vandálicos para intentar alejarse de la imagen de su archiconocido familiar americano.

¿Pero cómo acabar con ellos? Porque dicen que su número ha aumentado tanto que a mí me da la impresión de que va a pasar como con los chinos, que supuestamente si saltaran todos a la vez… ¿la tierra se saldría de su órbita? ¿O cómo era eso? Aunque mejor dejémonos de comicidades y pongámonos a visualizar por un momento una cadena de estas criaturas de Dios que llegara a dar la vuelta al mundo. Joooooo, ¡qué bonito y qué intercultural!, para que luego digan que son malos: “hagamos una cadena de topillos para abarcar el mundo…”

Yo que sé, si es que en realidad la de cosas en las que se podrían utilizar estos animales, por ejemplo, ¡una carrera de topillos! “¡Venga chicos, a ver quién es el que antes acaba con una remolacha, se aceptan apuestas!”

Intentemos pues entre todos convencer al alcalde de Villalar de que los topillos merecen seguir procreando, démosle ideas para hacer que estos animalejos sean imprescindibles en nuestras vidas.