domingo, 11 de febrero de 2007

Sentimientos a flor de piel

Estar un fin de semana con adolescentes agota, y de qué manera... pero por muchas putadas que tengas que aguantar, y por muchas broncas que tengas que echar, al acabar siempre te das cuenta de que merece la pena.

Es curioso que yo a penas tenga recuerdos de mis 15,16,17 e incluso 18 años, por alguna razón mi cerebro ha borrado muchas de esas vivencias, y por eso me pregunto cómo era realmente yo, que impresión daría, cómo actuaría en las distintas situaciones que vives con ellos: los piques, el me gusta alguien, el tontear, la bordería, los nervios a flor de piel, el jiji- jaja, el hacer de todo un mundo.

Se emocionan. Todo lo siente al 200% y gritan, pero también lloran, muchísimo: de tristeza, rabia y de alegría; porque todo, absolutamente todo, les llega de una forma más potente al corazón. Un simple gesto, como el de darse un abrazo y repartirse unas tarjetas con un mensaje de amistad escrita por ellos, les enternece y no pueden evitar que las lágrimas aparezcan en sus ojos, incluso en los de los chicos, por mucho que las intenten controlar.

Hoy al verles pensaba que muchas de esas emociones las hemos perdido, quizá por las experiencias que nos va otorgando la vida, pero nos contenemos. Hemos aprendido a ser hieráticos, y con dificultad nos podrán ver llorar en público.

Es una pena que de todo lo que aún nos queda a nosotros, adolescentes tardíos porque nos negamos a crecer,por lo general hayamos borrado la capacidad de emocionarnos sin importar quién esté al lado, y por gestos tan simples como un beso.

5 comentarios:

  1. Pues yo debo estar un poco todavía en la adolescencia... porque me sigo emocinando mucho, a veces creo que demasiado, la verdad...
    Yo me acuerdo algo de esa época, pero yo era una adolescente muy tímida y callada... quién lo diría!

    ResponderEliminar
  2. No quiero pensar qué impresión dabamos en nuestra adolescencia... lo de Falete es poco...
    Gema

    ResponderEliminar
  3. Jo, sí, pero creo que en algunas cosas habremos mejorado. Tenemos menos vergüenza a ciertas cosas, nos cayamos menos, al menos yo me veo así, y bueno, lo de los sentimientos, se han transformado, son más complejos, pero muy intensos, si no por qué se nos sigue saliendo una lagrimita cuando recordamos álbunes de fotos y tenemos sesiones guitarreras...:)

    ResponderEliminar
  4. callamos, ups, es que he estado con los homófonos con la niña y tal y tal :P

    ResponderEliminar
  5. Me refiero, no tanto a no emocionarnos, sino a haber aprendido a guardar nuestros sentimientos por estar en público.

    ResponderEliminar