miércoles, 24 de septiembre de 2014

Piojos resucitados

Últimamente los anuncios de productos para eliminar los piojos proliferan en televisión, quizá porque, al igual que la muerte, estos insectos sin alas, que creíamos casi extinguidos, no entienden de clases sociales, y sorprendentemente, les importa poco si vas al liceo francés, al Estudio de Madrid o a cualquier colegio público de barrio obrero (durante algún tiempo denominado de clase media).

Parece ser entonces que estos parásitos no hacen ascos al pelo con olor a champú de marca blanca, y se sienten igual de cómodos en los que se adivina una fragancia a mousse deluxe. Pueden por tanto correr a sus anchas por cabezas que van a juego con uniformes de faldas a cuadros, o por las que se sienten cómodas con camisetas básicas de Zara, Bershka o Lefties.

Por todo esto debo reconocer que estos insalubres bichos y su poca reflexión sobre las clases sociales, me generan cierta simpatía. 

A pesar de todo, me pregunto, ¿será igual admitir que tienes piojos en un lugar que en otro?