lunes, 19 de mayo de 2014

Un 15M hace tres años

El pasado 15 de mayo se cumplieron tres años del movimiento 15M, cuando miles de personas, ciudadanía anónima, tomamos la calle, o mejor dicho, la retomamos, conscientes de que esta es del pueblo, hoy y siempre.

La indignación se hizo patente, se olía en las plazas; la desilusión y la decepción de un sistema fallido también, pero siempre bajo una montaña de ilusión y esperanza en una lucha fresca que creímos posible.

Tres años más tarde, las miles se quedaron en cientos. El compromiso cuesta, y si van devaluándonos a través de reformas laborales, recortes o palabras criminalizadores, más. La ilusión y fuerza han ido perdiéndose poco a poco para dar paso a la patía, a la frustración y al cabreo.

Hoy la situación es peor que aquel mayo de 2011, y sin embargo, la lucha en la calle ha mermado, en cuanto a la cantidad de gente que baja; pero también en cuanto a la visibilidad: no interesa mostrarlo. Pareciera como si nos hubieran quitado todo, incluso las ganas de vencer; y sin embargo, algo queda. Solo tenemos que despertar del todo y darnos cuenta de nuestra fuerza para que por fin, el miedo cambie de bando.

Nos darán aún miles de golpes más. pero el último lo asestaremos nosotras. Una ciudadanía nueva.




Fue un atraco perfecto, excepto por esto: nos queda garganta, puño y pies.